miércoles, octubre 10, 2007

Bailando al Compass


Alsuresteoestenorte?


Al: desde dónde
??: hacia dónde

Todo lo que incluye el viaje
(suresteoestenorte)
Es una gran incógnita.

Let’s hit the road!
And see how it goes…

Rosa de los vientos.

domingo, mayo 20, 2007

Ciudadanos Mutantes



Caminando por la calle me topo con un viejo, yo camino por la vereda y él está la puerta de un edificio, apoyado en su reja. Lo observo, veo que tambalea, le tiritan las piernas, comienza a caer con cara de dolor. Detengo mi marcha y me acerco. Le pregunto si necesita ayuda. Me dice “Sí, gracias” y me tiende su mano. Lo ayudo a sentarse en el suelo ya que no soporta más sus piernas. Luego me mira y me dice que por favor le detenga un taxi, a él le cuesta caminar sin apoyo y ve difícil llegar solo a la calle para detener a uno. Voy a la calle, en la acera del frente veo un taxi estacionado, Cruzo y veo que está sin conductor. Al lado del taxi hay una mujer con su hija de cerca 7 años y caigo en cuenta que espera que vuelva el taxista que compra el diario en la esquina 20 metros más allá. Le explico la situación y le pido el taxi para el viejo y me dice que está apurada. Yo le explico nuevamente, le indico al viejo que espera sentado en el suelo y me dice, lo siento, YO también estoy apurada. No lo puedo creer, cruzo nuevamente la calle, veo al viejo y aparece sorpresivamente un taxi por la calle, lo detengo. Le digo al taxista que estoy deteniendo el taxi para el viejo, se lo señalo. Lo mira y baja del vehículo. Me acerco al viejo y le digo que ya detuve un taxi para él. Me mira pero no me ve. Está ido. Le hablo y no contesta, sus ojos están en otra parte, quizás qué está viendo en ese minuto, pero tengo la certeza de que yo, que estoy frente a sus ojos, no es lo que ve. El taxista me mira molesto, con cara de haberlo hecho perder el tiempo y me dice “está mal el caballero, ah?” y camina de vuelta a su auto, se sube y se va. Yo miro alrededor, ¿qué hago con el viejo? me pregunto, ¿qué hago? De repente veo el quiosco del frente, cruzo nuevamente la calle y le pregunto a la señora que lo atiende si conoce algún vecino mayor que esté enfermo, quizás con Alzhaimer, y me dice, que sí, que hay un señor del edificio del frente que está enfermo, es del tercer piso, me dice, pero no sabe exactamente en qué departamento vive. Vuelvo al edificio, el viejo sigue sentado el suelo, ahora levanta la mirada y me observa, balbucea algo que no entiendo. Mientras miro su cara, toco el 301, la señora que me contesta me dice que no sabe de qué le hablo, pero me dice que siga intentando, que puede ser el vecino, me parece muy rara su respuesta, suena desconfiada y presiento que no me quiere decir el número del departamento del viejo aunque lo sabe, quizás a qué le teme. Toco el 302 y le digo a la señora que me atiende esta vez el citófono, que hay un señor mayor sentado en la puerta del edificio, le digo que no se siente bien y que quería saber si vive ahí. Me dice “bajo de inmediato”. Miro al señor y le digo “ya lo vienen a buscar” Ahora me mira y me dice “Gracias mijita, muchas gracias”. Me despido y veo que desde el otro lado de la vereda la señora del quiosco me agradece con la cabeza, yo me despido de ella con un gesto y mientras camino pienso en la mujer que estaba apurada y que me negó el taxi con un pésima excusa, en la cara de su hija de 7 años mirando al viejo al otro lado de la calle, y en el taxista que me hizo sentir que lo había hecho perder el tiempo. También pienso que fue mejor que el viejo "perdiera" la lucidez antes de subirlo a dar vueltas en un taxi. Mas que mal, los ciudadanos mutantes andan por todas partes.

martes, enero 02, 2007

historias del reinicio

2006- Penúltima noche del año-21 hrs
Ceremonia religiosa del amigo que compone death metal. Iglesia en las faldas de un cerro enclavada. Lo veia vestido de novio y pensaba en la polera que usaba cuando adolescente, la de la cruz invertida, ¿la llevará puesta debajo del terno? Bueno. Más alla de esos detalles de los amigos que me alegran la vida , se casó uno. Los discursos de los otros amigos estuvieron conmovedores. Me emocioné y alegré. Por eso, esa noche celebré bailando hasta el amancer. Llegue a casa con los pies destrozados. Cansada como saltamontes después de la persecusión de un niño.

2006- Ultima mañana del año - 12 hrs ....
Todavia no completaba ni 5 horas de sueño y riiiiiiiiing! el celular había quedado encendido.
- Hola, Quien es?
- La realidad supera la ficción, me dijo una voz por el otro lado de la línea.

Sentí como si alguien me hubiese apretado el botón para reiniciar los pensamientos y emociones. Por suerte que el minuto en negro es bastante breve. 10, 9, 8,7, 6, 5, 4, 3, 2, 1.
Los mejores deseos para el 2007 ! Amor, salud y dinero!

miércoles, octubre 04, 2006

Viaje Express y Reflexiones del Ombligo


Viajar de sorpresa hace bien. Despeja la mente y el espíritu. Saca los ojos de tu ombligo y te obliga a razonar en "tercera persona"
Una vez de vuelta hay que lidiar con el shock cultural que significa la comparación, somos y no somos los mismos.
Hay realidades tan diferentes que tienen mucho que aportar y mucho que superar, a quien aporta y a quien supera depende si lo formulamos en primera, segunda o tercera persona.
Volviendo a la primera, el viaje del que vuelvo me significó toda una experiencia antropológica. Presencié una celebración y un rito que nunca imagine que estaba tan cerca.
Hay cosas que entregan tanto significado a la vida de otros y para uno no es ni de cerca ni un bien ni una verdad...bello, quizas.
En fin. Sólo una reflexión en medio de mi shock post traumatico de aterrizar una vez más en ésta, (mi) contaminada y loca (bzzzt) ciudad. De vuelta al ombligo. Uno entre tantos.

lunes, mayo 08, 2006

Etica periodistica

Un tipo entra en colapso
Rompe todo lo que hay a su paso
vidrios y el café que administraba.
La violencia y la inestabilidad psicológica se apoderan de él.

Lo filman, y en el noticiario central muestran su cara
dicen óomo se llama y lo retratan en plena crisis psicológica...
dicen que tiene trastorno de personalidad
que su crisis es producto del stress
entrevistan a un psicologo o psiquiatra quien da la voz del "experto" en las noticias
la conclusión mas menos es que mucho trabajo puede llevar a las personas a reaccionar así
dicen que "es más común de lo que la gente piensa"

a mi me parece que poco profesional, usar la imagen de una persona
(manosearla más bien)
con ella de pasada lo estigmatizan
repiten una yotra vez su nombre y muestra su cara de cerca y de lejos
y todo por unos minutos mas de morbo en las noticias!
me pregunto ¿será eso lo que les enseñan en etica a los periodistas....?

a mi no me parece prudente, ni tampoco ético.
no hay limites ni respeto a la intimidad de las personas,
ni siquiera cuando se trata de salud...

yo si fuera un familiar de esa persona, me querello.
no sé si conseguiría algo...
pero me parece indignante la etica periodistica que acabo de ver repesentada en la tele.

la pena y la preocupación que me embarga es que este es sólo UN ejemplo más de la poca cordura que hay en nuestros medios, entre otros.

lunes, abril 03, 2006

* * * * Cuatro Estrellas* * * *


Turcos y Griegos pelean ya hace muchas vidas.
Con sal y sin sal
Con pimienta y sin pimienta
Contigo y sin ti
Aquí y allá
Entre el cielo y la tierra
Entre este o este
Generaciones dialogan tratando de entender cuál es la receta
que le dá la cuota exacta de sal a la vida...
p0r lo menos hay un acuerdo: lleva sal.
y bueno, la canela también es importante.

Excelente Película: La Sal de la Vida
una comedia dramatica.
tambien le llaman Un Toque de Canela o
A Touch of Spice...depende del punto de vista
La discusión sobre cuánta sal, cuánta canela y cuanto faltó y faltá por hacer es un debate que seguirá, no olviden que el título original es POLITIKI KOUZINA... y aunque es un poco lenta , eso sólo un reflejo de lo que intenta representar...no hay proceso vital que sea rápido (uno sólo cree que hay algunos que sí lo son- a veces lo quisiera- mas no, ya que trascienden nuestra temporalidad...)

domingo, abril 02, 2006

Memorias Revolucionarias de una Callejera

Era el año 2010 y Ana volvía de un viaje al sur. Era un sábado a las 7.30 de la mañana cuando el bus en que venía comenzó su ingreso a Santiago. Se cambio al asiento de la ventana y miro las calles, vacías, grises antes de que el sol invadiera los rincones, como lo hace cuando es verano. Pero sin poder evitarlo apareció una imagen, después otra, como flashes que encandilaban su vista por detrás de su retina. No estaba pensando, estaba viendo en esas imágenes mentales lo que alguna vez vio.
Eran imágenes de otro lugar que se superponían a lo que percibía a través de la ventana. Eran fotos nostálgicas de un paisaje que echaba de menos. Edificios angostos con escaleritas en sus techos, canales, calles sobre ellos con subidas y bajadas de adoquines, luces en los arcos de los puentes, silencio y casas con luz tenue en un barrio a 2 minutos del centro donde había mucha bulla, mucho movimiento, gente loca y gente más loca, gente igual de loca que todos. También vio una foto de la pizzería turca, del café en la esquina y del bar que frecuentaba los viernes. También apareció la tienda de candados e inscripciones con nombres ijk entre sus letras.
Al ver esas imágenes entendió qué era lo que la hacía recordar nostálgicamente un pasado perdido, y qué era lo que realmente extrañaba.
Era la calle.
Siempre había sido callejera, nunca lo había tenido tan claro como ahora.
Comenzó a entender el gusto que a veces la sacaba de la realidad, esa manía por caminar en la ciudad, salir y dar vueltas, mirar vitrinas, entrar a tiendas, sentarse en un café, en un banco de la plaza a leer el diario, y ver como pasa la gente, preguntar cuánto valen las flores y comprar maricaditas inútiles que sorprendieron al ojo durante el paseo callejero. Entendió por fin, de dónde venía la fascinación por las ferias, y el gusto de tener el tiempo para biengastarlo merodeando por ahí.
Le gustaba la calle.
Pero la calle de Santiago un día se hizo hostil. La gente se había retirado a vivir sus vidas al interior de sus casas, y estaba acostumbrada a la introversión. Incluso cuando la ciudad creció y el comercio floreció se construyeron casas enormes y feas donde pudieran a distraerse y a ver a otros. Las llamaron moles o malls.
Ana comprendió que la hostilidad del vacío de la calle fue una de las razones por las que en realidad había dejado una vez esa ciudad y la había llevado a elegir otra -al otro lado del mundo y de las horas- como la calle a recorrer.
Pero todo lo que sube tiene que bajar y todo comienzo tiene un final, así como toda partida tiene un regreso y todo recorrido, concluye.
Ella no sabía bien por que y para qué, pero Santiago era dónde había que volver. El sur era su norte. Pero con su vuelta, también se desdibujaba la experiencia de calle, y ella antes de volver, inconcientemente, lo temía. Ella no quería perder la calle pero el presagio inconciente se cumplía y tal como dictaba la intuición la sentía irse entre sus memorias como si se tratara de un error del disco duro.
Santiasco.vmf la llevaba en auto por todas partes, la subía del auto, la bajaba y le ponía el pie en el acelerador.
Volvió y anduvo sin hacer una limpieza a su sistema hasta que una mañana el Chago, el que vende periódicos a los autos en la tercera esquina camino a su trabajo, le dijo: no te veo.
Y luego siguió: tengo que contarte algo...
Durante la luz roja le dijo que había un movimiento silencioso de callejeros que querían cambiar la ciudad por una ciudad de hombres y mujeres callejeros que disfrutaran el verse las caras en la calle. Iba a ser una revolución, presagiaba. Pero era secreto. Es para callao’, le advirtió.
Únete
Que tengas un buen día
Y dieron la verde.
La historia del Chago la hizo dudar, creer o no creer, esa era la cuestión.
¿Era posible?
Pero finalmente hizo su apuesta y volvió a ser el personaje de “había una vez una niña callejera.”
Ana se subió a la bici .
Y todo se hizo más claro: desde el auto no se podía distinguir la calle, qué decir de vivirla, el olor a aromatizador de auto, el culo pegado al asiento y el imbécil que siempre se pillaba por delante no le permitían observar la acera del frente.
A veces es rudo ver la vereda del frente, todavía es hostil, tiene un dejo de desconocido que hace desconfiar. Pero bueno, ya pasará. Ana se convenció de la posibilidad cierta de que si Chago estaba en lo cierto- los callejeros iban a cambiar la ciudad y los nietos de los callejeros de hoy serán más callejeros que sus abuelos retrógrados y casi no podrán creer que hubo un virus Santiasco.vmf que entro en las mentes de la ciudad de ayer y que una revolución silenciosa les devolvió la calle.



-Mamá que es un dinosaurio?
-Era un animal que vivió hace mucho mucho muuuucho tiempo atrás en la tierra.
Antes de que la tierra estuviera habitada por hombres, habían dinosaurios. Eran unos animales muy grandes y fuertes pero un día vino un frío tremendo y todos se murieron congelados y así empezó un nuevo ciclo en la faz de la tierra.
-Ah, entiendo. Y los malls, que son?
-Ah, esa historia es más larga, igual que los dinosaurios, eran grandes y feos y ya no existen, pero cómo pasó te lo cuento luego. Ahora anda a jugar con Ana que está esperándote para ir a andar en bicicleta.